En sí, llámese intuición o lo que sea, después de compartir poco tiempo con una persona suelo sentir si es una persona digna de conocer, una persona que merezca que invierta mi tiempo y esfuerzo en conocerla mejor y entablar algún tipo de relación (si, suena muy ególatra, lo sé), y siempre (léase siempre) que voy en contra de ese sentimiento suelen pasar cosas malas causadas por dichas personas.
Ahora bien, eso en realidad no es ningún problema, gracias a ese “presentimiento” a pesar de las primeras impresiones he llegado a conocer gente maravillosa y me he ahorrado muchos dolores de cabeza y problemas innecesarios, el problema radica cuando por el bien de una persona a la que aprecio me fuerzo a entablar algún tipo de relación con aquellas personas a las que no les hubiera hablado normalmente, diciéndome a mi misma que solo son prejuicios o que si es alguien importante para una persona tan preciada para mi, algo bueno deben tener, pero siempre termino decepcionada y con un gran “te lo dije” por parte de mi cerebro a mi corazón. No digo que esa intuición sea infalible, pero hasta ahora no me ha fallado, yo le he fallado a ella.
Puedo mencionar fácilmente 5 casos importantes de cómo cuando por fin decidí ir en contra de mis creencias y aceptar a aquellas personas (ya sea dentro de la familia o como amigos), y tan pronto como los acepto, ¡ZAZ! Hieren a mi ser querido y en consecuencia a mí.
Pero ya me harté, seré una prejuiciosa de por vida, no me importa, me niego a volver a relacionarme y esforzarme en tener una relación con alguien que no me convence por el bien de otra persona, los más grandes conflictos, errores y sufrimientos que me han pasado han sido por esa razón. Mis seres queridos seguirán saliendo lastimados, pero al menos podré ayudarlos como una persona externa y puedo estar todo lo parcializada que quiera sin tener que entender a la otra persona que en primer lugar ni me agradaba
No más, sea por la razón que fuere, ni la razón misma me volverá a convencer de lo contrario.
No más, sea por la razón que fuere, ni la razón misma me volverá a convencer de lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario