sábado, 6 de agosto de 2011

Instintos primitivos renaciendo

Ultimamente siento que cuando me hacen una pregunta tiendo a responder de más y termino compartiendo cosas personales que me voy recordando y a nadie le interesan, pero igual me dan ganas de contarlas. Mi padre me enseñó muy cruelmente desde pequeña a ir siempre al grano (de pequeña era terriblemente habladora y comunicativa), por lo cual hablar mucho, irme por las ramas o describir con muchos detalles siempre me resulta incómodo, se podía decir hasta hiriente, porque pienso que la persona a la que estoy saturando con información irrelevante quiere obtener su respuesta concreta y solo estoy aburriéndolo y haciéndolo perder el tiempo, y por otro lado, no me agrada mucho la idea de revelar tantas historias personales, pero bueno si las escribo aquí me no me quedo con las ganas y al menos le doy uso a este espacio.

Pero bueno, hasta aquí por hoy, otro día escribo la historia que me tragué hoy.

1 comentario:

Felipe I. dijo...

Comparto con vos la característica de irme por las ramas. Soy narrador nato, creo.

A veces cuando termino de hablar creo que la gente no escuchó nada de lo que dije poque a mitad del discurso, se pudrió.

Sinceramente, esa es una de las cosas que admiro de vos. El poder contarte historias largas y siempre me vas a prestar atención.