Hay pocas cosas de las que estoy segura en la vida, cada tanto mi manera de ver las cosas cambia, o creo en ellas de a rato o por partes, nada es completamente cierto ni falso, por lo que nunca estoy totalmente convencida de nada, todo es relativo, subjetivo, circunstancial, etc.
Pero dentro de las cosas de las que sí estoy segura, es que atraemos a las personas que necesitamos, no las que quisiéramos, las que creemos necesitar, las que esperamos, ni las que creemos que nos convienen, simplemente las que necesitamos. Aunque no nos demos cuenta las necesitamos, ya sea recibir el apoyo que nos hace falta, para corregir defectos, para enseñarnos por las buenas o por las malas cosas que necesitamos aprender antes de dejar este mundo, en cada uno está el usar esas experiencias para crecer o para estancarse como una planta que fue regada, no absorbió el agua, la dejó estancar hasta que la sobrepasó y pudrió sus raices, tallo y hojas.
Yo soy una persona que se toma todo en serio, quizás demasiado, aunque reír nunca ha sido un problema para mí, no es algo que me caracterice y suelo pecar de seria, por lo que inconscientemente me suelo rodear de gente que sea capaz de hacerme reír con un humor inteligente y negro, gente espontánea que fuerce a esa parte introvertida y de mi aplacarse.
Suelo rodearme de personas de carácter fuerte y convicciones estables, con mente abierta, o al menos lo suficientemente tolerantes a otras ideas (obviamente, sino no me soportarían), personas de buenos sentimientos que sean capaces de hacer vibrar la única fibra de ternura que tengo, personas tan románticas, amorosas e ilusas que me hagan acostumbrar a muestras de afecto y creer que si se puede.
Claro que solo estoy mencionando los buenos ejemplos, también me han tocado conocer personas que para bien o para mal, me han hecho daño y a raíz de eso he aprendido como manejarme en el mundo de una mejor manera y ganar puntos de experiencia. Gracias a ellas me he dado cuenta de que es lo que no quiero ser en esta vida y las cosas por las que no quiero ser recordada, actitudes mías que de no haber visto reflejadas en otras personas no habría podido ver lo mal que estaba. Rodeada de personas a las que aprecio y continúo haciendo daño cuando me dejo llevar por ciertos instintos, actitudes o líneas de pensamiento, por lo cual me veo obligada a cambiar.
Uno atrae lo que de verdad necesita y para lo que está preparado para recibir, si algo no ha llegado a tu vida, es porque no lo necesitas o no estás preparado para cambiar, aceptarlo, entenderlo y vivirlo plenamente.
Sé que no estoy lista para muchas cosas, y quizás no quiera estarlo todavía, pero cuando venga la lluvia a regarme, espero ser capaz de poder absorber todo lo que pueda de esa experiencia, transformarla en nutrientes y lograr crecer; y no morirme podrida por quedarme estancada, por ser una terca orquídea.
De lo único que estoy segura en esta vida, es que creces o mueres, tan sencillo como eso.